☔ Un tazón de borsch, una tarde lluviosa y una lección sobre el amor


Hoy fue uno de esos días que parecen normales, pero terminan dejándote pensando en todo.
Salí a caminar, y como buen cliché de película romántica… empezó a llover. -_-'
Me refugié en el restaurante de un amigo ruso —de esos lugares que huelen a casa y nostalgia— y pedí un borsch caliente mientras esperaba que pasara la tormenta.
Tenía conmigo un libro que uno de mis mentores me había recomendado hace tiempo: Los 5 Lenguajes del Amor de Gary Chapman.
Y ahí, con el sonido de la lluvia de fondo y el aroma a betabel y eneldo flotando en el aire, comencé a leer algo que, aunque suene simple, me hizo mucho sentido:
“No todos amamos de la misma forma.”
Chapman explica que hay cinco formas principales en las que las personas expresan y reciben amor:
Palabras de afirmación — escuchar un “te admiro”, “gracias”, “me haces bien”.
Tiempo de calidad — compartir momentos sin distracciones, presentes de verdad.
Regalos significativos — pequeños detalles que dicen “pensé en ti”.
Actos de servicio — ayudar, cuidar, resolver cosas por amor.
Contacto físico — abrazos, caricias, cercanía.
Mientras leía, pensaba en cuántas veces nos frustramos porque sentimos que damos todo, pero el otro no lo nota.
Y tal vez sí lo nota, solo que no lo entiende en su idioma.
💡 Lo que entendí (como hombre, y como alguien que observa relaciones todos los días)
He visto parejas romperse no por falta de amor, sino por falta de comprensión.
Ella se queja de que él “no la escucha”, mientras él piensa: “¿cómo que no me importa? si trabajo todo el día por nosotros”.
Él siente que ella ya no lo desea, mientras ella piensa: “le digo que lo amo todo el tiempo”.
Ambos están hablando de amor… pero en idiomas distintos.
Y me di cuenta de algo: el amor no se trata solo de sentir, sino de traducir.
De aprender a comunicarte en el lenguaje del otro, aunque no sea el tuyo.
❤️ Una pequeña reflexión para ti
Hoy, entre cucharadas de borsch y páginas subrayadas, entendí que todos deberíamos aprender nuestro lenguaje del amor… y el de quienes queremos.
Porque cuando lo haces, las relaciones dejan de ser lucha, y se convierten en colaboración.
Dejas de pedir lo que el otro no sabe dar, y empiezas a ver y valorar lo que sí te da.
Y no hablo solo de pareja: también aplica con amigos, familia, incluso contigo mismo.
🌟 Si pudiera resumir esta tarde en una frase…
“El amor no es cuestión de suerte, es cuestión de lenguaje.”
Cuando aprendes a hablarlo —y a escucharlo— todo cambia.idioma emocional que tú, este es el mejor punto para comenzar.